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jueves, 19 de marzo de 2015

La máquina.

Paranoia y esquizofrenia son los dos polos de la máquina social. El paranoico tiende a Edipo, a la ley, al orden, al código, al significante. Se proyecta imponiendo el orden, arraigando la autoridad, tiranizando. En cambio, el esquizo constituye la línea de fuga de la máquina social. Busca la producción de la máquina deseante. Nada hay más revolucionario para la máquina social que la máquina deseante. El deseo es primero y fundamental; tiende también a decodificar las estructuras sociales y no coincide con la decodificación que lleva a cabo el capital.

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sábado, 14 de marzo de 2015

Creo (en) un mundo mejor.

El hombre es, básicamente, imaginación, imaginación creadora, imaginación que es un flujo incesante, un despliegue de formas, figuras nuevas, que pueden hacer surgir lo que no es real. Por cierto que la imaginación comporta también un aspecto ensídico, la imaginación creadora de un poema, por ejemplo, debe instrumentalizarse en un código para poder decir lo que tiene que decir, pero de ninguna manera se agota en ese código. El psiquismo humano entonces puede aprehender la realidad magmática, porque su lógica también es la de los magmas. No se trata de una estructura cerrada en sí misma, atemporal, condenada a repetir siempre lo mismo, sino una facultad que puede también romper su propio cerco para configurar formas nuevas hasta entonces impensadas.


viernes, 27 de febrero de 2015

El capitalismo «cultural» y las nuevas formas de comunicación

Si la comunicación no puede desvincularse de las sociedades y de la cultura (no pueden existir la una sin la otra), resulta imprescindible responder a la siguiente cuestión: ¿qué sucederá, entonces, cuando todas las formas de comunicación se mercantilicen y la cultura, la materia de la comunicación, se convierta también, inevitable y definitivamente, en una mercancía?